

Existen múltiples razones para hacer la migración de un sitio web. Ya sea porque necesitas actualizar el protocolo, cambiar el nombre de dominio, cambiar el nombre de la marca o renovar la ruta de la URL, la migración de sitios web suele ser un mal necesario para muchas organizaciones y sitios de comercio electrónico.
¿Por qué un “mal” necesario? Porque migrar un sitio es un trabajo arduo y que involucra riesgos. Si se ejecuta en forma deficiente, los cambios importantes en la ubicación o la arquitectura del sitio pueden traer problemas para la clasificación y el tráfico de su dominio, es decir, perjudicar el SEO.
Por ello, en las próximas líneas te mostraremos cómo hacerlo bien y evitar esos riesgos.
Al escuchar que un sitio web va a migrar, muchas personas pueden pensar que cambiará de nombre de dominio. Sin embargo, ésta es solo uno de los cambios que se pueden hacer en una migración.
Cualquier cambio en la estructura de la URL significa un cambio de ubicación del sitio. Estos cambios generalmente ocurren con cambios de marca o cambiando a un nombre de dominio comprado con mayor autoridad.
A menos que también decidas cambiar las URL o protocolos, cambiar de servidor web no afecta el nombre de dominio. Mientras hayas cambiado de host en el back-end, todos los espectadores del front-end verán la misma dirección del sitio web que siempre has tenido.
Estos 2 cambios mencionados -ubicación del sitio y servidor- son los que Google considera propiamente migraciones. Sin embargo, los que listamos a continuación son considerados por muchos expertos en contenido y SEO en esta categoría.
Este tipo de cambios presentan la dificultad de que los motores de búsqueda generalmente tienen que volver a aprender la nueva configuración del sitio y posiblemente volver a indexar algunas páginas nuevas. Mientras lo hacen, puede resentirse el tráfico o las clasificaciones en la página de resultados del motor de búsqueda (SERP).
Antes de emprender los cambios debes asegurarte de respaldar todo el sitio web que vas a modificar, o te arriesgarás a perder toda la información, lo que sería un desastre para cualquier empresa.
Muchas plataformas de CMS como WordPress tienen plugins o servicios para hacer este respaldo. Otra opción es utilizar un sitio provisorio antes de realizar los cambios en el sitio en vivo.
Cada cambio que involucre la migración será revisado por los motores de búsqueda, que deben ajustarse a la nueva configuración, registrarla y decidir si clasifican el contenido del sitio.
Es la razón por la que no conviene en absoluto cambiar el dominio y la estructura del sitio de una sola vez. Además, al ir cambiando de a poco será más fácil descubrir el problema si el SEO se resiente mucho.
Si te estás cambiando de dominio, es crucial configurar una redirección 301 lo antes posible.
Los redireccionamientos 301 le dicen a Google y a otros motores de búsqueda que el sitio se ha movido permanentemente a un nuevo dominio. Entonces, cada vez que alguien ingrese la URL anterior en su navegador, será redirigido automáticamente a la nueva URL.
Configura tu redirección al nuevo dominio al menos una semana antes de migrar el sitio. El proceso de redirección puede demorar hasta 48 horas, así que asegúrate de tener suficiente tiempo para configurarlo y probarlo antes de migrar.
Cuando hay un cambio en el nombre del dominio (de www.nombreactual.com a www.nombrenuevo.com), es importante informar a Google la nueva dirección.
Para ello existe una herramienta de cambio de dirección en la Search Console. Antes de hacerlo, deberás verificar la propiedad del sitio.
Se recomienda mantener tu antiguo nombre de dominio por un año si es posible, para dar tiempo a los motores de búsqueda para indexar el sitio y corregir cualquier caída temporal en la clasificación de la página. Asimismo, da tiempo a los usuarios para asimilar el cambio y aprender la nueva dirección.
También te podría interesar: https://www.anda.cl/que-es-el-employer-branding/