

Las transformaciones estructurales que está viviendo el mundo han tenido como parte importante en su impacto, una crisis transversal de reputación organizacional y de sus liderazgos. Es decir, todo nuestro ordenamiento está en crisis, sin discriminar entre público o privado.
Esto nos enfrenta a un escenario altamente volátil, con un escenario de permanentes nuevas incertidumbres, crisis que se profundiza cuando nos referimos al sector empresarial en nuestro país.
Los datos así lo confirman. De acuerdo al Estudio de Reputación Corporativa 2022 (ERC® 2022) que realizamos como INC Consultores e Ipsos Chile; las grandes empresas, los gremios empresariales, y los empresarios, tienen un bajo nivel reputacional, seguidos del Gobierno y los partidos políticos como las entidades con peor reputación del país. Más aún, somos el país a nivel mundial que tiene mayor desconfianza en sus empresarios (55%) de acuerdo a Ipsos.
Pero ¿cuáles podrían ser algunas de las causas estructurales de este fenómeno que tanto perjudica la reputación empresarial? Según nuestro reciente ERC® 2022 las exigencias de los stakeholders han aumentado; con un 84% de la ciudadanía que cree que es importante que los liderazgos corporativos tengan una postura pública activa sobre temas que preocupan a los ciudadanos-consumidores, especialmente en las comunidades donde operan sus negocios.
Sin embargo, el mismo estudio muestra que existe un desconocimiento de los líderes, con un 64% de la ciudadanía que no recuerda a estos tomadores de decisión empresariales. Una causalidad que nos muestra que estamos en presencia de un nuevo consumidor-ciudadano- persona, que nos exige un análisis integral más holístico para su comprensión-conexión y persuasión.
Lo anterior nos instala en un nuevo ciclo, cuya economía tendrá este “nuevo consumidor”. Con un país cuya atmósfera social y clima de opinión; transita de una energía deconstructiva de permanente malestar, a una más constructiva con un “nuevo consumidor” inteligente, que premia a empresas y líderes que al menos intentan y se esfuerzan por ser, hacer y parecer.
Es así, como primero se debe ser a través de un propósito que conecte valóricamente con los stakeholders; y luego insistiendo en el hacer, llegar con el mejor producto o servicio al menor precio posible, y por último con una comunicación eficaz, la que con trasparencia conecte también a través de los líderes organizacionales, y por las vías y canales genuinos de nuestra actual sociedad. Esta tríada de gestión tiene como resultado la valoración del más importante de los intangibles: la reputación, un activo de valor incalculable.
El principal desafío es entonces, comenzar por enfrentar esta nueva era de los intangibles.
Por Diego Fuentes, Co Founder INC Consultores
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