Una nueva foto de los grupos socioeconómicos en Chile
En el marco del seminario “GSE de Chile. Un país que cambia”, organizado por la Asociación Nacional de Avisadores (ANDA) con la colaboración de la Asociación de Investigación de Mercado (AIM), se dio a conocer la actualización de La segmentación socioeconómica, basada en la última encuesta CASEN.
En 2018, en un seminario de ANDA (Asociación Nacional de Avisadores) se presentó el nuevo modelo de segmentación socioeconómica (GSE), que rompió con la rigidez del antiguo sistema. El nuevo sistema utiliza información pública actualizada y refleja mejor los cambios del país y la sociedad.
Este año, considerando los acontecimientos disruptores por los que ha atravesado el país, ANDA y la Asociación de Investigadores de Mercado y Opinión Pública, AIM, presentaron una actualización del modelo de GSE en el seminario GSE de Chile: Un país que cambia.
El seminario se llevó a cabo en los estudios de Chilevisión y tuvo como expositores a la subsecretaria de Evaluación Social, Paula Poblete; Carolina Cuneo, directora de AIM, y Ramón Cavieres, director ejecutivo de Activa.
Fernando Mora, presidente de ANDA, valoró que “los datos muestran que Chile va disminuyendo la proporción de hogares más vulnerables, lo que es una buena noticia, pese a que aún persisten brechas importantes y un estado de ánimo más bien alicaído. Desde ANDA, creemos que darle una mirada al contexto para saber qué está pasando con los chilenos es muy importante y valoramos mucho el esfuerzo de la AIM por entregar información de valor y confiable, así como la sinergia entre el sector público y el privado para conocer verdaderamente a quienes viven en Chile”.
Crecimiento de sectores medios
La actualización de los GSE se basó en la encuesta CASEN de 2022 y la Encuesta de Presupuestos Familiares, ambas desarrolladas por el Estado. El modelo considera el ingreso per cápita equivalente de los hogares -que considera el ingreso total del hogar y el número de personas que lo habitan-, además del nivel educacional y la ocupación del principal sostenedor del hogar.
“Lo que queremos hacer cuando entendemos grupo socioeconómico no tiene que ver solamente con la mirada de lo económico, sino también con el nivel sociocultural de cada uno de los segmentos. Esta mirada de AIM nos permite estabilidad y es mucho más integral que solamente lo económico”, destacó Cuneo.
Ambas fuentes de información utilizadas tienen una gran rigurosidad metodológica, robustez muestral -la CASEN considera 72 mil hogares y más de 200 mil personas, y la EPF, 15 mil hogares y más de mil categorías- y su frecuente actualización, ventajas que distinguen a Chile dentro de Latinoamérica.
“Estamos aquí para poder entender cómo la encuesta CASEN conecta y nos permite definir los grupos socioeconómicos hoy”, dijo la expositora.
El análisis presentado por Carolina Cuneo hace una comparación entre los datos de 2017 y los de 2022.
Así, mientras los sectores socioeconómicos altos (AB, C1A y C1B) crecieron en un 4,3% entre los años 2017 y 2022 y los sectores medios en un 4% (C3 y C2), los más vulnerables (D y E) disminuyeron en un 8,3% en proporción al total de la población.
Si en 2017 los grupos AB, C1A y C1B representaban el 15,3% de la población, en 2020 son el 19,6%.
El grupo C2, en tanto, era 12,5% en 2017 y aumentó a 14,7; mientras que el C3 pasó de 27,3% a 29%, el D de 35,5% a 30,5% y el E de 9,5% a 6,1%.
“Entre 2017 y 2022 hay una contracción de la pobreza. Si bien en términos de ingresos no vemos diferencias, de hecho, los subsidios ayudaron a que no haya una caída en el ingreso total, sí vemos que el país se hizo menos pobre”, explicó.
Distribución geográfica
Desglosado por regiones, las que muestran las mayores proporciones de GSE altos son la Metropolitana, Magallanes, Aysén, Antofagasta y Arica y Parinacota. En el otro extremo, con la mayor proporción de GSE bajos, se encuentran Ñuble, Maule, Araucanía, Los Lagos y O’Higgins.
La región de Coquimbo, en particular, muestra un crecimiento importante, de 9%, de los sectores más acomodados.
En la región Metropolitana, en tanto, si bien las comunas que tradicionalmente concentran los hogares más ricos se mantienen, se observa que se está produciendo una distribución más homogénea, como puntualizó la especialista: “Lo interesante es ver que, en estos 5 años, hubo un cambio respecto de dónde están los grupos socioeconómicos más altos, y vemos que en Ñuñoa, La Florida, Peñalolén y Puente Alto, empiezan a penetrar los segmentos más altos. También en Recoleta, Pudahuel y San Miguel”.
Crecimiento de niveles socioculturales
Los datos recogidos por el modelo revelan que, además, se han incrementado los hogares C2, C3 y D con educación superior entre 2017 y 2022 (aumento de 4%, 3% y 2%, respectivamente), así como el acceso a banda ancha (incremento de 8% en C2, 11% en C3 y 12% en D), en tanto ha disminuido la proporción de trabajadores no calificados (-2% en C3, -4% en D, -9% en E, C2 se mantuvo igual).
En ese sentido, Cuneo resaltó la importancia del concepto de pobreza multidimensional, que considera dimensiones adicionales al ingreso. “Esto nos habla de cómo las personas que viven en Chile tienen acceso o deficiencias en diversos aspectos, desde educación, salud, trabajo y seguridad, y se agregaron en los últimos años las dimensiones de vivienda y entorno, y redes y cohesión”.
Estas variables, por lo tanto, inciden en la segmentación de los grupos socioeconómicos.
Por otra parte, se observa una tendencia hacia los hogares más pequeños y con menos hijos, que muestra que disminuyen los hogares en pareja y aumentan los unipersonales, que pasaron de 8% en 2017 a 11% en 2022 en el segmento E, de 16 a 17% en el D, de 15 a 20% en el C3, de 17 a 22% en el C2, de 18 a 20% en el C1B, de 16 a 24% en el C1A y de 24 a 33% en el AB.
En cuanto a los hogares con hijos, en el grupo E disminuyeron de 77% en 2017 a 75% en 2022, mientras que en D pasaron de 62% a 60%, en el C3 de 63% a 59% y en el C2 de 60% a 56%.
Otros aspectos que se destacaron en la presentación fue la alta proporción de hogares que reciclan, mayor al 50% en todos los segmentos; los altos índices de consumo de comida rápida, compras por internet y práctica deportiva, que se contrapone con la situación de estar endeudado, que marca un 42% en los segmentos D y E.
Estado de ánimo decaído
Pese a las mejoras en los indicadores de GSE, existen subjetividades complejidades que muestran un malestar subjetivo transversal a todos los segmentos, que consideran que Chile está en decadencia, siendo el grupo C3 el que tiene la percepción más alta, de 67%, mientras que el grupo ABC1A tiene un 58%.
Asimismo, el grupo C3 es el que más está de acuerdo (45% en ambos casos) con las afirmaciones: “en ocasiones es mejor tomar la justicia por las propias manos que esperar que las autoridades se hagan cargo” y “a veces pienso que es necesario saltarse algunas reglas para salir adelante”.
Por otra parte, el segmento C1B es el que siente más feliz (51%) y el D el menos feliz (35%), en tanto el bienestar marca un 38% en el C1B y un 17% en el C3.
Información pública
En el evento, la subsecretaria de Evaluación Social, Paula Poblete, destacó “lo importante que es CASEN, que cumple una función pública como insumo muy relevante para la política pública, pero también tiene una función privada, a propósito de la utilización que hace AIM de esa información. Ahí tenemos hartos desafíos desde el gobierno para caracterizar a las personas y poder llegar con la política pública más adecuada y, por otro lado, desde los privados, conocer quiénes son sus consumidores”.
En ese sentido, la autoridad dijo que “nuestro país ha cambiado y ha avanzado en desarrollo, pero ese progreso no ha llegado a todos de igual manera. Chile es un país de altos ingresos desde el año 2012 en los conceptos que ocupa el Banco Mundial, pero es un país muy injusto todavía. Si bien es cierto tenemos tasas de pobreza muy bajas, la más baja de toda la serie de CASEN, todavía tenemos altos segmentos de la población que son muy vulnerables frente a un shock ya sea del propio hogar, del país o del mundo, como fue la pandemia, y están en riesgo de retroceder de manera importante”.
En términos estadísticos, el 70% de la población recibe ingresos por trabajo bajo el ingreso promedio que el Banco Mundial le asigna al país y del promedio general de ingresos de toda la población, que asciende a poco más de un millón de pesos.
Asimismo, de acuerdo a la Encuesta de Presupuestos Familiares, 4 quintiles gastan más de lo que ganan, y solo el quintil más rico tiene capacidad de ahorro, lo que significa que el acceso a bienes y servicios de muchos hogares se ha dado vía deuda.
Apoyo desde las políticas públicas
La subsecretaria destacó que el Registro Social de Hogares tiene una cobertura del 86% de la población, que aporta información de la vulnerabilidad de los hogares y permite otorgar los diversos beneficios y subsidios del Estado.
La autoridad destacó las garantías GES en salud, el sistema Chile Crece Más, el copago cero de Fonasa, la gratuidad en educación superior y el pilar solidario en pensiones como políticas públicas que están brindando un apoyo importante a los sectores más vulnerables.
Sin embargo, especificó que existe una demanda hacia el Estado de mayor apoyo por parte de los grupos más carenciados, con una complejización de las vulnerabilidades, la aparición de nuevos grupos prioritarios y una demanda por mayor igualdad, que constituyen desafíos prioritarios para la política social.
Percepción crítica
Pese a los avances que muestran las cifras, existe entre la ciudadanía una percepción crítica respecto del avance y progreso del país y su economía, de acuerdo al informe Los chilenos hoy. Percepciones y hábitos en años de crisis, de Activa, presentado por Ramón Cavieres, su director ejecutivo, en este seminario.
El experto enfatizó que las personas exigen cada vez más ser tratado como ciudadanos más que como consumidores y que el propósito de las marcas y empresas debe tener una mirada amplia del contexto y necesidades del ciudadano.
“Hay una serie de temas más globales que impactan la percepción y conductas”, dijo, tales como economía, aumento de la esperanza de vida, equidad de género, cambio climático, ordenamiento geopolítico mundial, salud, gobernabilidad, inmigración y tecnología e IA.
De acuerdo al estudio Pulso Ciudadano de Activa, el 52,6% de la población estima que la economía es mala o muy mala, y un 33,4% piensa que el país está en retroceso.
Sobre sus finanzas personales, el 59,5% de la población piensa que va a disminuir sus gastos personales en alimentación, vestuario, entretención, viajes y otros, en los próximos 2 meses.
Por otra parte, el 42,6% declara haber sido víctima de algún delito en los 3 meses anteriores.
Los temores de los chilenos se refieren a tener problemas económicos y deudas (46,3%), que los asalten o roben (42%) y pérdida de un familiar (41,5%).
En cuanto a los sentimientos y emociones, el 45,8% siente inseguridad, el 28,2, angustia; el 27,9%, frustración; el 27,4%, esperanza; y el 26,3%, optimismo.
Por último, la familia es la dimensión más importante para los chilenos (72,6%), seguida de la salud física y mental (63,7%) y el trabajo (42,1%).
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