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Empresas se la juegan a fondo por la sustentabilidad

UNA AMPLIA VARIEDAD DE INICIATIVAS PROFUNDIZAN EL CONCEPTO, LOGRANDO IMPACTOS IMPORTANTES EN COMUNIDADES Y ENTORNO Y RECONFIGURANDO EL MODELO DE GESTIÓN DE RESIDUOS Y REUTILIZACIÓN DE MATERIALES.

 

La Ley 20.920, más conocida como LeyREP (Responsabilidad Extendida del Productor) establece un marco para la gestión de residuos, la responsabilidad extendida del productor y fomento al reciclaje. Pero más allá de la ley, muchas empresas están desarrollando iniciativas de sustentabilidad y gestión de residuos desde hace tiempo, adelantándose a la normativa.

 

Es el caso de Coca-Cola, para la cual la sustentabilidad es parte del negocio, “porque la compañía pone en el centro de sus decisiones a las personas. Cuando hablamos de las personas nos referimos a todos quienes de alguna u otra manera se vinculan con nuestra operación; colaboradores, proveedores, almaceneros, ciudadanos, comunidad, recicladores de base y toda nuestra cadena de valor”, detalla Paola Calorio, directora de Asuntos Públicos, Sustentabilidad y Comunicaciones Coca-Cola Chile, Bolivia y Paraguay.

 

Para la compañía, la sustentabilidad está en la lógica de una economía colaborativa, porque lleva a cabo sus proyectos en alianza con organizaciones que representan distintas visiones y experiencias, y circular, porque genera valor una y otra vez, en todas las etapas hasta que el ciclo vuelve a empezar. Calorio agrega que “lo que sustenta esta mirada es la certeza de que los desafíos globales que tenemos hoy como sociedad son de tal magnitud y urgencia, que no pueden ser abordados de forma individual. Las empresas somos un actor social, parte de la sociedad y por ende debemos codiseñar, con todos los actores necesarios, iniciativas que logren hacer la diferencia y tengan a su vez ondas expansivas virtuosas que consigan impactar a más y más personas, y a su vez sean posibles de medir”.

 

Softys desarrolló en 2020 su Estrategia de Sostenibilidad con tres ambiciosas metas, alineadas a la Estrategia de Sostenibilidad de su matriz, Empresas CMPC, las que consisten en reducir en un 50% la emisión de gases de efecto invernadero (alcances 1 y 2) al 2030, la reducción en 25% del uso industrial de agua por tonelada producida a 2025 y transformarse en una empresa cero residuos en un plazo no mayor a seis años.

 

“Esta última meta dice relación con los residuos que nosotros generamos a nivel industrial, en nuestro proceso productivo. Pero hoy queremos ir más allá en temas de economía circular y sumar a este compromiso a nuestros consumidores, facilitando el reciclaje y entregándoles productos amigables con el medioambiente”, dice Rafael Schmidt, gerente Negocio Tissue, Innovación y Desarrollo Comercial Corporativo.

 

Softys está trabajando en la economía circular y el consumo responsable, por lo que la compañía está desarrollando procesos eficientes para disminuir su cantidad de desechos y generar valor a partir de ellos. Por ejemplo, el 98% de los envases y embalajes primarios se pueden reciclar, y la empresa es miembro del Sistema Colectivo de Gestión de Envases y Embalajes (SIG) para implementar un sistema de recolección en Chile de residuos domiciliarios en el marco de la Ley REP. En paralelo ha innovado, reduciendo el uso del plástico en los envases a través de una disminución del espesor del embalaje, sin perder calidad. En esa línea, la empresa forma parte además del Acuerdo de Producción Limpia (APL) para el ecoetiquetado de envases, Elijo Reciclar.

 

Desarrollan procesos eficientes para disminuir su cantidad de desechos

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Iniciativas importantes

Un hito relevante para Softys en esta materia es el lanzamiento de Elite Envase de papel, fruto de más de un año y medio de investigación y pruebas. Se trata de un envoltorio para el papel higiénico de su marca Elite, 100% papel y sin adhesivos, lo que permite que sea no solo reciclable, sino también biodegradable en condiciones de compostaje y capaz de degradarse en un 90% en un periodo de 90 días.

 

Aproximadamente 50% de las fibras usadas en la fabricación de papel en los productos de Softys son recicladas, y el otro 50% son de fibras de celulosa certificada FSC, además de no usar elementos tóxicos. En 2020, la empresa redujo en más de 40% los residuos no peligrosos enviados a relleno sanitario.

 

Coca-Cola ejecuta planes de acción concretos en los ejes de reactivación económica, agua y reciclaje. El primer eje se sustenta en que una de las claves para la reactivación económica del país es el fomento de las economías locales. Por ello, impulsa el desarrollo de 120 mil almaceneros de todo el país, parte de su cadena de valor, para que puedan obtener todas las herramientas necesarias que les permitan crecer y salir adelante.

 

“En esta etapa nos hemos enfocado en acompañarlos y entregar herramientas concretas para sortear la crisis y mirar hacia adelante, no sólo para levantar sus propios negocios sino también para levantar las comunidades en las que se insertan”, cuenta Paola Calorio.

 

Además apoyan a miles de recicladores de base del país, en conjunto con el Ministerio del Medio Ambiente, con la campaña “Recicla en Casa”, que buscó valorizar y visibilizar su labor.

 

El segundo pilar de cuidado del agua tiene como proyecto más reciente el Fondo Innova Agua, que trabaja junto a Fundación Amulén, y que busca ayudar a las comunas más afectadas por la sequía con soluciones innovadoras.

 

En conjunto con la Fundación Avina trabaja en Alto Tarapacá para el rescate de técnicas ancestrales de manejo de aguas y reducción de la erosión de los suelos; y en el Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar, junto a las fundaciones Bosques de Norte y Jardín Botánico, para la recuperación de 250 hectáreas y la creación de un Parque de las Aguas. Asimismo, trabaja en la zona del Cajón del Maipo en la Región Metropolitana, con el apoyo de la organización The Nature Conservancy (TNC), con un total de superficie reforestada y hábitats protegidos de poco más de 70 hectáreas.

 

En cuanto a envases, el compromiso global “Un mundo sin Residuos” busca recuperar y reciclar el 100% de los envases al año 2030, además de disminuir su cantidad de plástico, así como promover el uso de envases retornables.

 

El camino del retail

El retail es otra industria que está trabajando a consciencia la sustentabilidad. María Fernanda Kluever, gerente de Sostenibilidad de Paris, sostiene que “desde hace más de 10 años nos comprometimos con una visión de desarrollo sustentable a través de nuestra estrategia Conciencia Celeste. Ese compromiso ha dado pie a iniciativas inéditas que han movilizado al mercado y a la sociedad hacia una conducta más sostenible. Primero, a través de RopaxRopa, nuestro programa de recilaje de textiles que ya acumula más de 120 toneladas recicladas, evitando la generación de residuos y contribuyendo con la economía circular; seguido, entre otros tantos, por la icónica campaña #NoImprimasTuBoleta, #NoMásCatálogos o #SinBolsaPorFavor. Esta última iniciativa fue tan exitosa que contribuyó a un cambio cultural que promovió la reutilización y la conciencia sobre los impactos de las bolsas plásticas de un solo uso en el medio ambiente”.

 

Además, cuentan con un foco exclusivo en la sostenibilidad de su cadena productiva, lo que permite asegurar que el origen de las prendas está basado en principios de respeto a los derechos humanos, productores responsables y materiales sostenibles. “Nuestra visión es contribuir no solo con la economía circular y el consumo responsable, sino hacerlo junto a nuestros clientes, involucrando a la sociedad en su conjunto. Nos motiva la co-creación de una nueva forma de comprar, más consciente de todo el ciclo del producto, desde su origen hasta su reutilización”, dice Kluever.

 

Ripley, en tanto, ha diseñado una estrategia según los objetivos de desarrollo sustentable de Naciones Unidas, según explica Andrea Oyarce, subgerente de Proyectos Sustentables de la empresa.

 

Un primer paso ha sido incorporar productos sustentables en las marcas de fabricación propia e introducir productos con algún atributo sustentable en el resto de las marcas. De forma paralela, se ha incluido a toda la cadena de suministro como parte activa del cambio, trabajando con proveedores para el desarrollo de productos bajo una mirada circular, implementando proyectos de reutilización y reciclaje de residuos en las distintas áreas del negocio.

 

Así, durante el 2020 se reciclaron más de 20 mil uniformes corporativos en desuso y muestras textiles de marcas propias, transformándolos en ovillos de hilado reciclado para crear y vender nuevos productos, como pieceras, mantas y cojines Ripley Home. Con Ecofibra Chile se han reciclado 3 toneladas de uniformes corporativos en desuso, para transformarlos en ecopaneles de aislación térmica y acústica para viviendas sociales.

 

Asimismo, junto a la startup Qactus se ha desarrollado un innovador sistema de economía circular enfocado a los plásticos que con tecnología de impresión 3D reutiliza residuos plásticos generados por Ripley para transformarlos en productos DecoHogar bajo la marca Ripley Home – Qactus.

 

Por otra parte, las muestras en perfecto estado de marcas propias y productos no vendidos en tienda son donados a fundaciones como Coaniquem y Debra para que las puedan vender en sus tiendas solidarias; en tanto con Coaniquem se armó la primera tienda solidaria dentro de un retail en Chile. A esta iniciativa se suma Vestuá, emprendimiento de ropa de segunda mano que se vende a través del ecommerce de Ripley.

 

“Estamos convencidos que la colaboración con el ecosistema de innovación local es fundamental para avanzar en estas desafiantes iniciativas”, concluye Andrea Oyarce.

 

 

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