“El crecimiento económico trae muchos más recursos que cualquier reforma”
El economista Manuel Agosin, académico y ex decano de la FEN de la Universidad de Chile, calcula que un año de crecimiento al 4% significaría un 4,4% de aumento en la recaudación de impuestos, por lo que “hay que preocuparse de crecer y dar buenas señales a los inversionistas”.
No es un misterio que este año presentará grandes desafíos en materia económica, tanto a nivel macro como para las personas. Manuel Agosin, académico y ex decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, entrega su visión respecto de lo que enfrentará el país el 2023.
¿Cuál es la situación por la que atraviesa la economía?
Estamos viendo que los gobernadores de la FED están por desacelerar el ajuste de tasas al alza, lo que ya sería una buena indicación de que probablemente esta campaña por aumentar tasas de interés en Estados Unidos se va a ir deteniendo de a poco. Le están temiendo un poco más a la recesión y un poco menos a la inflación.
Es que, así como en Chile hubo un mes en que la inflación empezó a caer, en Estados Unidos ha pasado lo mismo. Y Europa es un continente que va a seguir con muy poco crecimiento sí o sí, pero aquí lo que se juega es Estados Unidos y China. El primero se ve bastante mejor que China en este momento. La actividad económica de Estados Unidos se ve muy boyante y, además, los datos de desempleo siguen muy bajos, bajo el 4%, lo que implica que la recesión todavía no llega.
¿Por qué está bajando la inflación?
En Estados Unidos se debe fundamentalmente a la caída en los precios del petróleo, que han venido bajando en forma significativa. De más de US$ 100 el barril estaríamos en los $US 75-80. El mercado está previendo una menor demanda, a pesar del conflicto en Ucrania. A Rusia se la da por descontada, la exportación rusa va a caer y eso es un factor de aumento de precio. Por otro lado, los demás países de la OPEP probablemente van a aumentar algo, Estados Unidos está aumentando fuertemente su producción de petróleo. La expectativa es que va a haber recesión en el mundo y que eso va a hacer caer los precios, entonces caen anticipadamente.
En Chile es muy distinto, porque la caída de precios o desaceleración del aumento se debe más que nada al tipo de cambio. En el mes de octubre tuvo una fuerte caída, aunque ahora ha vuelto a subir. El asunto es que es poco probable que el tipo de cambio siga subiendo en Chile, y eso va a significar que la inflación va a tener un techo y va a empezar a disminuir.
¿Se podría decir que ya pasó la tormenta perfecta?
Todavía hay incertidumbres muy grandes, desde luego la guerra en Ucrania. También lo que está pasando en China, con una desaceleración muy fuerte de su crecimiento por la política de Covid 0, la situación del sector inmobiliario que está en una crisis espantosa con quiebre de empresas, que pueden llevar a quiebra de bancos, porque usa plata prestada y además es un sector muy importante de la demanda agregada. Se calcula que todo el sector inmobiliario, construcción, materiales, etcétera, mueve alrededor de 1/3 del PIB en Chile. Ese es un peligro inminente. Y si la construcción y la economía se frena, el precio del cobre va a bajar, aunque es algo transitorio porque, en el largo plazo, el precio del cobre debería seguir subiendo por el giro que va a haber hacia la electromovilidad. Eso ya está ocurriendo e implica una gran demanda de cobre, porque los autos eléctricos ocupan como 4 o 5 veces más cobre que los autos convencionales.
¿Qué pasará con el crecimiento?
Tanto el Banco Central como el Ministerio de Hacienda están prediciendo 0 crecimiento o quizás algo de decrecimiento, y no vamos a ser los únicos en el mundo.
Además, dada la confusión que hay en cuanto a política económica y las contradicciones en los anuncios de la autoridad, que son permanentes, los inversionistas están postergando inversiones. Chile está parado en cuanto a inversión; cuando no sabes cuánto te van a cobrar en impuestos, con tributos que se hacen cada vez más onerosos para las empresas, en momentos en que las empresas están enfrentando caídas en la demanda. Ya hay fuga de capitales desde Chile, indudablemente. Las empresas que producen algunos de nuestros principales productos de exportación, como las forestales, ya han invertido en Argentina, Uruguay, Colombia, Brasil. Si no se frena el conflicto en la Araucanía, van a decir ‘ahí están sus tierras’, van a hacer la pérdida y se van a ir, con lo que va a aumentar el desempleo.
Y la inversión extranjera también. La reforma tributaria contiene un royalty a la minería que, en casos de precios altos, implicaría un impuesto leonino en relación a las utilidades de las empresas, que podría llegar a ser un 75% de las utilidades. En el mundo no hay ningún país que tenga ese tipo de impuestos. Si la reforma tributaria prospera, yo creo que nadie va a invertir nada en Chile. Hay incertidumbre si va a prosperar o no. Ahora, como el gobierno no tiene los votos en el Congreso, va a tener que moderar su postura.
Cuando el presidente Boric dice, por ejemplo, después de un viaje a la Araucanía, que hay terrorismo, pero no invoca la ley antiterrorista, no hace nada por pararlo y hace una mesa para distribuir tierras, ¿en qué estamos? Hay terrorismo o falta de tierras… no sabemos. Este tipo de idas y venidas, de no saber bien dónde está la postura gubernamental, es fatal para la economía, que requiere certezas, firmeza, una línea, no zigzagueos.
¿Cuál es su visión sobre el proceso constituyente?
Mi preferencia es que eventualmente el Congreso tome el proceso, que es donde tiene que estar. Puede asesorarse con un grupo de expertos, hay gente muy capaz en el país que conoce estos temas, que sabe cuáles son los problemas que tiene la Constitución actual, muchos de ellos ya resueltos. Al pueblo chileno le dijeron que es la Constitución de Pinochet cuando no es, sino de Lagos, que tenía 60 enmiendas y se incorporaron al cuerpo mismo de la Constitución. Todas las cosas más molestas de la Constitución de Pinochet salieron. Quedan algunas reglas de votación supramayoritarias, y el Tribunal Constitucional, que es una especie de tercera cámara, que quizás podrían también corregirse. Pero eso se puede hacer en el Congreso, quedarán unas 5 cosas que habría que cambiarle para que fuese una excelente Constitución. A mi modo de ver, la Constitución que tiene hoy Chile es la mejor de América Latina, sin ninguna duda.
¿Cuál sería, a su juicio, un camino de salida para todo esto?
Tengo una columna en que demuestro con cifras que el crecimiento económico trae muchos más recursos que cualquier reforma. Si en 10 años creciéramos al 4% por año, tendríamos, en un cálculo simple, 56% más de ingreso tributario. Comparado con el 4% que quiere Boric, no hay por dónde perderse. Si pudiéramos llegar al 4% de crecimiento, en un año le va a dar 4,4% de aumento en la tributación. Hay que preocuparse de crecer, de dar buenas señales a los inversionistas. No hay otro camino.
La inflación va a bajar sola, el Banco Central ha tenido una política muy dura con la inflación, en mi opinión, demasiado dura, porque hay aspectos de la inflación que no son manejables con alza de tasas.
En cuanto a las empresas, ¿cuál es su recomendación?
Postergar inversiones hasta cuando se aclaren las dudas.
Manuel Agosin, académico y ex decano de la FEN de la Universidad de Chile
También te podría interesar: “El marketing debe ser el faro estratégico de cualquier compañía”
“El marketing debe ser el faro estratégico de cualquier compañía”