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Dos años con foco en el crecimiento, empleo y vinculación empresa-sociedad

 

Presidiendo la CPC como la primera mujer en dirigir la multigremial, Susana Jiménez tiene claras las prioridades de su gestión.Hay que aprovechar que es un año electoral en que se debate la agenda pública y se ponen sobre la mesa no solo diagnósticos, sino que medidas y compromiso de las distintas candidaturas”, afirma sobre las propuestas que presentarán a los aspirantes a gobernar el país.

 

Susana Jiménez, presidenta de la CPC

 

 

El salón de reuniones de la Confederación de la Producción y el Comercio, CPC, contiene los retratos de cada uno de los presidentes que ha tenido la organización gremial que representa a las distintas ramas de la actividad empresarial. Son muchos y todos hombres, pero en un tiempo se agregará el de Susana Jiménez, la primera mujer en presidir la CPC, cargo que asumió en diciembre pasado, lo que constituye desde ya el primer hito de su gestión.

 

“Para mí es un privilegio. A cualquiera que le guste participar en el debate de políticas públicas y promover la actividad del mundo privado en el debate público, la verdad es que un privilegio y, por supuesto, ser la primera mujer es un orgullo, pero también una responsabilidad. Uno quiere hacerlo bien, porque la idea es ser la primera, pero, ciertamente, no la última. Es una señal de los tiempos, donde hoy hombres y mujeres acceden de igual manera, o debieran, al menos, acceder de igual manera a todos los cargos de alta dirección y de representación. Creo que este es un lugar en que también tienen que abrirse esas puertas y por eso siento la responsabilidad de representar bien a las mujeres y abrir esa puerta para adelante”, enfatiza al comenzar esta entrevista para Marcas y Marketing, donde aporta su visión del país y la realidad empresarial.

 

 

¿Cuáles son sus prioridades y objetivos principales para este período al frente de la Confederación?

 

La presidencia de la CPC es de 2 años sin renovación, entonces uno está bastante marcado por la situación coyuntural del país. En ese sentido, claramente el crecimiento económico es un objetivo que tenemos que trabajar; ya llevamos muchos años de un crecimiento muy bajo, con todo lo que implica en términos de una cierta desesperanza para las generaciones jóvenes que no ven esa oportunidad que vieron décadas atrás de que sus vidas van a ser mejores que las de sus padres. Entonces, claramente, uno de los focos importantes es participar en el buen diseño de políticas públicas para reimpulsar el crecimiento económico. Celebramos que en diciembre fue un buen dato, que cerró un año con un crecimiento mejor de lo esperado, pero que sigue siendo muy bajo. 2,5% es completamente insuficiente para las aspiraciones que tenemos como un país que quiere progresar y desarrollarse.

 

El segundo foco, y que está muy ligado, es el empleo formal, y recalco formal porque, así como nos hemos tenido que allanar de alguna manera a un bajo crecimiento económico, también ya llevamos dos años con tasas de desempleo altas y varios años con tasas de informalidad altas. Además, las diversas iniciativas legislativas han ido encareciendo la mano de obra. Estoy pensando no solo en el acuerdo de pensiones, que eleva el costo en términos de cotizaciones previsionales en 7 puntos, sino que también en la reducción de jornada, aumento de salario mínimo, y una serie de legislaciones que han ido haciendo más costosa la contratación de mano de obra y, por lo tanto, también pone en riesgo que nuestra informalidad, que hoy ya es alta -de 1 de cada 3- siga creciendo. Eso es algo que nos tiene que ocupar a todos, porque la informalidad se refleja en un trabajo más precario, con ingresos más volátiles, sin protección de ningún tipo, ni para la cesantía ni para los accidentes, sin ahorros para la previsión, con una competencia desleal en muchos casos, cuando tenemos un comercio informal compitiendo con el comercio formal, y sin aportar a las arcas fiscales. Por todas partes es un tema del que tenemos que hacernos cargo y es por eso que enfatizo que la mirada tiene que estar en la creación de empleo formal.

 

Y tercero, hay un eje bien importante que tiene que ver con integridad y sociedad, con el relacionamiento y el acercamiento que tiene el mundo de la empresa y el mundo gremial con la opinión pública, lo que se materializa de distintas formas. Creo que hay un trabajo que hacer para que la gente joven, las pymes, los emprendimientos más pequeños, los nuevos negocios, las Start-Up, los desarrollos tecnológicos, se sientan también representados en la actividad gremial, particularmente en la CPC, que se sientan vinculados y percibidos en todo lo positivo que significa la actividad empresarial privada y en su impacto en la sociedad.

 

Al alero de eso, nosotros hemos estado desarrollando distintas iniciativas. Una de ellas, que lanzamos hace poco, es Empresas por Chile, que busca precisamente visibilizar lo que ya hacen muchas empresas en términos de distintos impactos sociales positivos, y focalizarlos en 3 ejes principales en esta primera etapa: salud preventiva, educación técnico profesional y seguridad en los barrios. Queremos invitar a otras empresas, contagiar y escalar esto, y cambiar un poquito esa percepción de que ‘mi empresa es buena, pero las empresas en general no tanto o no las conozco’. Creo que es tiempo de empezar a mostrar el aporte que hace la empresa y en ese eje hay un trabajo hacia adentro, de representatividad, compromiso, buenas conductas, pero también de cara a la sociedad en que estamos insertos.

 

 

¿Cuál es su visión sobre el estado de la economía chilena en 2025?

 

Siempre es positivo que las cifras nos sorprendan hacia arriba, como fue el Imacec de diciembre. Sin embargo, falta que sepamos las cifras al menos del primer trimestre de este año, como para hacer de esto un cambio de proyección hacia adelante. ¿Por qué? Por dos cosas: hubo muchos eventos puntuales que marcaron el mes de diciembre, como el fuerte aumento de exportaciones de cerezas, que sin duda impactó mucho; y la mejora que observamos en el comercio, muy ligada al turismo argentino. Son eventos que no podemos garantizar que se repitan en el tiempo. Por eso, necesitamos un poquito más información como para pensar que las proyecciones del 2025 puedan corregirse al alza.

 

Por otra parte, no hemos visto todavía realmente una mayor tracción en inversión, una mayor tracción en el mercado laboral como hablábamos antes y, por lo tanto, las proyecciones para el 2025 se mantienen en torno al 2% o 2,5%, Más preocupante es que el propio Comité Técnico dio sus proyecciones para los próximos 10 años y están por debajo del 2%. Hay que aprovechar que es un año electoral en que se debate la agenda pública y se ponen sobre la mesa no solo diagnósticos, sino que medidas y compromiso de las distintas candidaturas. Hay que repensar qué podemos hacer para generar esas condiciones que habiliten un reimpulso del crecimiento económico, proceso en el cual nosotros vamos a ser actores activos, hacer propuestas, mostrárselas a todos los candidatos y, desde nuestra experiencia y nuestro conocimiento, marcar algunas líneas de lo que nosotros creemos que son factores que podrían mover la aguja.

 

 

Muchos de esos diagnósticos y propuestas se han hecho y se conocen. ¿Qué falta para que se concreten?

 

Primero hay que tener un diagnóstico común. Por ejemplo, en el tema tributario, el ministro anunció que estaría pensando en una rebaja del impuesto a las empresas, el impuesto corporativo, cosa que nosotros celebramos. Hace algo más de un año, presentamos nuestra propuesta al Ejecutivo, que precisamente buscaba visibilizar que en Chile tenemos tasas corporativas muy elevadas. El 27% está muy por sobre el promedio de la OCDE, de países desarrollados que tienen condiciones atractivas para la inversión y, sin embargo, nosotros tenemos una carga tributaria mayor. Eso nos hace menos competitivos y esa fue la razón por la que nosotros presentamos esta propuesta de bajarla a 23% con ciertos mecanismos de compensación, igualando condiciones entre inversionistas nacionales y extranjeros, porque el nacional tiene condiciones menos favorables que el extranjero.

 

Ha sido muy bueno haber podido tener esas conversaciones y llegar a una convicción de que efectivamente en Chile hay que bajar los impuestos corporativos. Falta conocer los detalles, lo que sabemos que va a presentar al Ejecutivo es una rebaja, el ministro siempre ha hablado de compensarlo para no afectar la recaudación; nosotros tenemos la convicción de que una rebaja importante puede ser un acelerador del crecimiento económico que compensará la menor ca una menor tasa. Es un ejemplo de uno de los elementos que ya deberíamos explícitamente elaborar y trabajar en estos gatillantes del crecimiento económico.

 

Pero hay en otras materias: cómo avanzamos aún más en todos los permisos, porque están trabando la inversión de manera muy significativa en cuanto a tiempos, costos, incerteza jurídica. Así como digo que somos menos competitivos tributariamente para atraer inversión, claramente el sistema de permisos también ahuyenta o hace más atractivos otros destinos donde los proyectos ven la luz mucho más rápido y con criterios más objetivos que finalmente hacen que se concreten los proyectos con más anticipación.

 

Hay temas ambientales, laborales, de formación de capacidades en la fuerza laboral, de infraestructura y logística, o sea, hay una batería de temas que queremos desarrollar, trabajar y ser parte de ese debate.

 

Hay una oportunidad de volver a replantearnos el crecimiento más masivamente. Nosotros hemos venido hablando de crecimiento económico hace tiempo, pero hoy no es solo el mundo empresarial, es el Ejecutivo, son los parlamentarios, es la ciudadanía, y eso es lo más importante. La ciudadanía quiere y exige que haya más crecimiento económico porque finalmente no es una cifra, es el día a día de las personas; es la oportunidad de empleo, la oportunidad de mejores salarios, la oportunidad para el emprendedor, para el proveedor chico, mediano o grande que depende de esa cadena productiva, que tiene que agarrar más ritmo y velocidad. La idea es buscar esas palancas que van a acelerar el crecimiento.

 

 

¿Qué industrias tienen mayores oportunidades de posicionar mejor a Chile en el contexto global?

 

Definitivamente las exportaciones son un motor de crecimiento muy importante y el cobre dentro de eso es relevante; también toda el área de frutas y de exportaciones agroindustriales son muy importantes. Chile tiene un tremendo potencial en todo lo que dice relación con la transición energética mundial. Nuestra realidad y nuestra potencialidad en cobre es necesaria para toda la electrificación que significa la transición energética; el litio en electromovilidad y otros, en energías renovables, por qué pensar en una mayor integración a nivel latinoamericano y poder exportar energía limpia, el insumo que eso significa para el hidrógeno verde, tenemos materiales críticos como tierras raras; hay ahí un tremendo potencial que hoy en parte se desarrolla, pero que puede crecer mucho más.

 

Ahora, hay otros sectores que, por el contrario, requieren de una mirada más pro crecimiento. Estoy pensando en particular en el tremendo capital que tiene Chile en salmonicultura y que, sin embargo, ha tenido más dificultades del punto de vista regulatorio y legislativo, la misma pesca, hoy día en discusión; la construcción que lleva mucho tiempo en un ciclo de bajo crecimiento y que hoy también requiere de ciertos impulsos para volver a retomar vuelo, sobre todo en un sector que genera un volumen importante de empleo; y todo lo que es inversión en infraestructura, que ahí tanto el mundo privado como el público tiene harto que aportar.

 

Son sectores que, con buena regulación, con certeza jurídica y una mirada proactiva hacia la inversión y crecimiento, podrían entregarnos harto más.

 

 

Desde hace mucho tiempo existe una crisis de confianza, ¿cómo evalúa hoy ese aspecto y de qué manera trabajan para fortalecer la confianza entre las empresas y la sociedad civil?

 

La confianza es un aspecto fundamental para el desarrollo de los países, en la medida que hay más confianza están las bases para poder generar proyectos de largo plazo, conjuntos y colectivos. Obviamente hemos tenido años críticos, particularmente post estallido, donde esas confianzas se vieron rotas; también por situaciones particulares en el pasado que fueron mermando la percepción de la opinión pública hacia instituciones vigentes. Pero también tiene mucho que ver con la falta de diálogo. Antes yo decía lo de que se dice ‘a mí me gusta mi empresa, hace muchas cosas, pero a las empresas les tengo más desconfianza, muchas veces porque no las conozco. Y lo digo porque esto se replica en muchas otras cosas, como ‘yo no creo en la Iglesia, pero mi parroquia es buena’, y así tantos ejemplos de que, mientras más distante me siento, menos confío. Esa percepción sobre sectores de la sociedad que son muy importantes, pero que han estado muy alejados del ciudadano de a pie, ha impedido generar esa vinculación y esa confianza que el país necesita.

 

La cohesión social, la visión de trabajo colectivo, están muy vinculados a eso. Nosotros tenemos esta iniciativa de Empresas por Chile que comentaba, que justamente busca eso. Primero, la empresa somos todos nosotros: no solo los dueños, son los que trabajamos en la empresa, los que proveemos, la comunidad que rodea a la empresa. Por lo tanto, tenemos un rol que muchas veces se realiza y no se visibiliza, o a lo mejor falta hacer más. La idea es ir contagiando más y mostrándolo para acercar a la ciudadanía a esa labor y que se sienta parte de ella.

 

Tenemos que acercar los gremios a las generaciones jóvenes, a los emprendedores que el día de mañana van a ser los grandes empresarios del país, cómo se sienten también identificados y representados, parte de esta musculatura. Por ejemplo, una de las cosas que hemos hecho con fuerza estos últimos dos años y que vamos a seguir haciendo los próximos años, es mucha mayor vinculación con regiones, porque hasta qué punto las regiones ven con distancia lo que pasa a nivel central, que todo se hace a nivel central, se quieren sentir representados. Eso nosotros lo hemos sentido, lo hemos trabajado y nos hemos puesto a disposición para que podamos servir de amplificadores de sus inquietudes, apoyarlos y representar a las regiones, donde se produce la actividad productiva, donde hay empleo, donde hay potencialidades y desarrollos productivos específicos; donde muchas veces la regulación que se define a nivel central es allá donde realmente impacta. Ese ha sido un trabajo sistemático que hemos hecho estos dos años y lo vamos a seguir haciendo y hoy día tenemos una relación mucho más estrecha que, de nuevo, va en la línea de generar confianza, musculatura y capilaridad a nivel nacional.

 

 

En ANDA creemos que el marketing y la comunicación comercial son un aporte al desarrollo económico, social y cultural del país. Desde su perspectiva, ¿cuál es el aporte del marketing a la sostenibilidad y el crecimiento de los negocios en el contexto actual?

 

Es fundamental. Pensemos que tenemos una empresa, un negocio o una pyme, sabemos hacer muy bien lo que hacemos, tratamos de competir de la mejor manera, entregar un producto de calidad que sea demandado por la gente, pero a veces no tenemos esa experiencia que nos permite comunicar y ser creativo en la forma en que se muestra a las personas, porque no es fácil, hay que competir con otros, pero, sobre todo, hay que lograr llegar a ese futuro cliente, o incluso con comunicación interna también. Para eso hay especialistas que, con creatividad, con mensajes bien formulados, son capaces de transmitir de buena forma eso que hacemos, eso que queremos mostrar, pero que, pensando desde el interior de la empresa, desde la sala de máquina, no tenemos el expertiz para hacerlo.

 

No me cabe duda que el marketing es una tremenda herramienta de ayuda para el productor o el oferente, pero también para quien lo va lo quiere comprar, para quien lo quiere encontrar, que quiere informarse de las ofertas en el mercado, así que es, sin duda, muy importante.

 

 

Si tuviera que resumir en una frase su visión para el empresariado chileno, ¿cuál sería?

 

Yo creo que hay que confiar en nuestra capacidad como chilenos, desde las distintas veredas que ocupamos, de convertir a Chile en un mejor lugar para vivir, un lugar donde queramos criar a nuestros hijos, educar a nuestros jóvenes, hacer inversiones y jubilar. Todos tenemos un aporte que hacer.

 

 

 

 

 

 

 

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