

En los últimos 10 años, la productividad en Chile ha tenido una caída continua, lo que impacta directamente en el crecimiento.
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En este contexto, la tecnología y hoy, la inteligencia artificial, es una herramienta que puede ser clave en mejorar la productividad y aportar a un crecimiento sostenible. Según el estudio “Adopción de IA en las empresas chilenas” un 93% de las compañías del país considera que la inteligencia artificial tendrá un impacto positivo en su funcionamiento y en la economía del país. Sin embargo, persisten brechas importantes en adopción, conocimiento y habilidades digitales de los trabajadores, especialmente en pymes, que no permiten capturar mayor valor incorporando la IA en los procesos de negocio.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), en economías avanzadas, cerca del 60% de los empleos están expuesto a la IA, pero en estos contextos, la tecnología tiende más a complementar tareas que a reemplazarlas. En contraste, en economías emergentes o menos desarrolladas, el mismo informe advierte que hasta un 40% de los empleos está en riesgo de ser automatizado sin que existan todavía mecanismos para crear roles sustitutos de igual calidad. Esto ocurre por la falta de inversión en infraestructura, tecnología y planes de formación.
La adopción de IA es un fenómeno complejo que depende de factores tecnológicos, culturales y de los equipos y líderes de cada empresa. Ante este escenario, en el estudio de Entel Digital se definió una matriz de adopción que especifica tres niveles de uso de IA en las empresas: “Aumentar”, asociado al incremento de productividad mediante herramientas accesibles y de baja complejidad; “Reconfigurar”, que implica modificar procesos clave con soluciones más complejas como modelos predictivos o chatbots; y “Transformar”, donde la IA y el Machine Learning se integran estratégicamente para rediseñar productos, servicios o procesos, generando ventajas competitivas a largo plazo.
Según los resultados, más de un 50% de las empresas (grandes y pymes) que usa IA en Chile ya lo hace con un enfoque transformador, es decir, integrándola a procesos clave que podrían redefinir su modelo de negocio. No obstante, se advierte que la falta de gobernanza y de estrategias de ciberseguridad, especialmente entre las pymes, representa una vulnerabilidad importante para el desarrollo sostenible de esta tecnología.
Ante este escenario, si Chile quiere avanzar de forma sostenible hacia una economía basada en inteligencia artificial, el primer paso ineludible es profundizar la digitalización en sentido amplio. Esto implica construir una estrategia de datos robusta, capaz de capturar, almacenar y proteger la información de la empresa. Sin datos estructurados, accesibles y confiables, la IA no puede entrenarse ni entregar resultados útiles.
Sólo una vez consolidada esa base, las empresas pueden avanzar hacia la adopción de la IA tradicional (modelos predictivos, análisis de patrones, automatización de procesos), y posteriormente, hacia la implementación de IA Generativa, que requiere no sólo infraestructura avanzada, sino también, gobernanza ética, cultura digital y talento especializado. Este enfoque progresivo es esencial para que la inteligencia artificial no sea una promesa tecnológica, sino un verdadero motor de productividad, competitividad y crecimiento para el país. Avanzar hoy en la implementación de la inteligencia artificial es clave para el desarrollo sostenible de Chile.
Por Nicolás Goncalves, Gerente de Ventas de Entel Digital