En un ecosistema de comunicación en constante transformación, enfocarse solo en gastar, sin pensar en el impacto o en el retorno, deja en evidencia un enfoque obsoleto. Hoy en día, la eficiencia en medios va mucho más allá de gestionar los presupuestos, hablamos de garantizar resultados, ser relevantes como marca y de crecimiento de una marca con propósito.

Desde mi experiencia en grandes empresas y actualmente en Duoc UC, he podido comprobar que la eficiencia publicitaria nace de una planificación basada en datos, modelos de atribución sólidos y una integración estratégica entre tecnología, medios y creatividad: más data, menos guata. Lo que se busca no es solo hacer ruido, sino impactar a nuestras audiencias, es generar atención efectiva y experiencias gratas que realmente movilicen a la acción. Esa combinación entre notoriedad y desempeño es la clave para maximizar la inversión y construir marcas con sentido.
El éxito publicitario no depende solo de cuánto se invierte, sino de cómo se invierte. Y eso implica una mirada de principio a fin, es decir, desde el diseño del funnel completo hasta el mensaje en el último anuncio. Tener presencia no basta, hay que tener relevancia y performance. Y eso solo se logra si cada parte del proceso —planificación, ejecución, medición— tiene coherencia, consistencia y alineación entre sí.
Los datos son parte esencial de este proceso. Herramientas de monitoreo, soluciones analíticas, plataformas de seguimiento y sistemas de visualización en tiempo real permiten evaluar la calidad del entorno y la atención que realmente generan nuestras campañas. Pero el foco no debe estar en la herramienta en sí, sino en la mentalidad detrás de su uso: cuestionar constantemente, testear, medir, ajustar y aprender, y tener presente que lo que no se mide no se gestiona.
Desde Duoc UC promovemos esa cultura tanto en nuestras campañas institucionales como en las salas de clase. En las campañas, aplicamos estrategias basadas en datos e insights para generar impacto tanto en la admisión como en el posicionamiento de marca, con una mirada integral del embudo. Y en las salas de clase, formamos a estudiantes con mentalidad estratégica, capaces de conectar la creatividad con la lógica de negocio. Esta dualidad genera un círculo virtuoso: lo que aprendemos lo aplicamos, y lo que aplicamos retroalimenta el aprendizaje.
Uno de los mayores desafíos sigue siendo romper la dicotomía entre creatividad y análisis. Existe aún el prejuicio de que la creatividad no puede convivir con la optimización, o que los datos enfrían las ideas. Pero la verdad es que, hoy en día, esa dicotomía se disuelve. Una idea que no convierte pierde valor. Y un dato que no inspira, se queda en un tablero. La eficiencia nace de esa alianza: creatividad que se mide, y análisis que impulsa.
Hoy, los medios y plataformas avanzan hacia modelos de automatización inteligente. Muchas soluciones ya operan con inteligencia artificial y machine learning, optimizando campañas en función del comportamiento y la experiencia del usuario en tiempo real. Pero incluso en ese escenario tecnológicamente sofisticado, el rol humano sigue siendo irremplazable: interpretar los datos, hacer preguntas estratégicas, cuestionar patrones y tomar decisiones que alineen los objetivos de marca con los intereses de las audiencias.
En este contexto, tenemos que invertir con conocimiento, no hay espacio para decisiones impulsivas, con el “pensé que” o “creí que” o campañas diseñadas con la intuición como único insumo. Lo que se necesita es una planificación que combine ciencia y sensibilidad; una ejecución que mezcle eficiencia con excelencia creativa; y una medición que no solo revise resultados, sino que retroalimente procesos y genere aprendizajes que se puedan aplicar en el futuro.
Desde nuestra experiencia en Duoc UC, hemos visto cómo pequeños ajustes —en mensajes, formatos o segmentación— pueden generar incrementos significativos en tasas de conversión o engagement. No se trata de grandes revoluciones, sino de una disciplina constante. Esa es, finalmente, la verdadera eficiencia: no solo gastar menos, sino gastar mejor. Con intención. Con impacto.