Cada 7 de noviembre se conmemora el Día del Merlot, una de las cepas tintas más reconocidas y consumidas en el planeta. De origen francés y con fuerte presencia en Chile, destaca por su suavidad y versatilidad al momento de acompañar diversos platos.

El 7 de noviembre se celebra el Día del Merlot, una fecha que rinde homenaje a una de las variedades de vino tinto más populares y apreciadas a nivel mundial. De textura suave y final aterciopelado, el Merlot se caracteriza por sus notas frutales que recuerdan a ciruelas, moras y arándanos, ofreciendo un sabor equilibrado y armónico que lo convierte en una excelente opción tanto para conocedores como para quienes se inician en el consumo de vino.
Originario de Francia, específicamente de la región de Burdeos, el nombre “Merlot” aparece por primera vez en el siglo XVIII en el Libournais. Según la tradición, su denominación proviene de “merle” (mirlo en francés), en referencia a las aves que se alimentaban de sus uvas oscuras. No obstante, registros del siglo XIV ya mencionaban esta cepa bajo el nombre de “Crabatut Noir”.
Actualmente, el Merlot se cultiva en diversas regiones vitivinícolas del mundo. Francia encabeza la producción global, seguida por Italia, Estados Unidos, España, Australia y Chile, que cuenta con cerca de 10.000 hectáreas dedicadas a su cultivo, lo que lo posiciona dentro del top cinco mundial.
Javier Brzovic, jefe de Comunicaciones de Casillero del Diablo, destaca el valor de esta variedad en la cultura del vino. “El Merlot combina una estructura amable con una expresión frutal intensa, lo que lo hace muy accesible para diferentes paladares y momentos de consumo”, señala.
Las mejores combinaciones para acompañar el Merlot
El Merlot es un tinto muy versátil, es ideal para acompañar una variedad de platos dulces o salados gracias a su sabor ligero y cuerpo fuerte.
Carnes
El Merlot armoniza con una amplia gama de carnes blancas gracias a su cuerpo medio y taninos suaves. Se recomienda acompañarlo también con pescados grasos como el atún o el salmón -preferiblemente a la parrilla. Los estofados suaves también son una excelente opción. Para complementar, se sugiere incorporar salsas con ciruelas y tomillo, junto a guarniciones como verduras salteadas, crema pastelera o papas al horno.
Picante y cocina étnica
El dulzor natural del Merlot lo convierte en un aliado ideal para equilibrar preparaciones picantes o especiadas. Combina de manera armoniosa con platos de inspiración oriental, tacos o burritos. En la cocina local, el pollo con un toque de merquén chileno resalta la profundidad de sabores del vino sin opacar su suavidad.
Platos al horno
Las preparaciones horneadas encuentran en el Merlot un acompañante equilibrado. Es ideal para combinar con trozos de pollo, pavo, costillas de cerdo o pastel de carne, realzando los sabores con hierbas como laurel, tomillo o romero.
Masas y cocina italiana
Pastas, lasañas y pizzas son excelentes compañeras de esta cepa. Su estructura permite acompañar desde masas suaves con salsas livianas hasta preparaciones más intensas con mezclas de quesos. Es una combinación clásica que resalta tanto los sabores del vino como los de la cocina italiana.
Verduras y picoteo
El Merlot marida muy bien con quesos y charcutería, por lo que una tabla de picoteo es una alternativa perfecta. También se recomienda acompañarlo con verduras grilladas, como cebolla, pimientos, champiñones, zapallo, papas camote o berenjena, tanto en platos vegetarianos como junto a carnes.
Postres
Para cerrar la comida, el Merlot puede acompañar postres de sabores intensos y frutales. Preparaciones como peras al vino tinto, membrillo o un volcán de chocolate son opciones que resaltan su perfil aterciopelado y completan la experiencia de maridaje.