La IA se está consolidando como una herramienta clave en marketing, con aplicaciones que permiten mejorar la toma de decisiones, personalizar experiencias y fortalecer la relación con los consumidores desde un enfoque ético y estratégico.

Ya no es ninguna novedad que la inteligencia artificial está transformando la manera en que las empresas diseñan sus estrategias y toman decisiones. Para Carlos Machicao, CEO de REM Media & Consulting, su valor no reside en la tecnología por sí sola, sino en su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos, generar insights accionables y mejorar la experiencia del cliente sin perder la sensibilidad humana.
Uno de los grandes avances impulsados por esta tecnología es la capacidad de pasar de segmentaciones generales a microsegmentaciones basadas en comportamiento, intereses y emociones en tiempo real. “Hoy no solo personalizamos el contenido, sino también el momento y el canal en que lo entregamos, haciendo más eficientes los CRM, sistemas de marketing y otras plataformas integradas”, destacó Machicao.
Sin embargo, el CEO advirtió sobre los riesgos de una dependencia excesiva de las herramientas automatizadas. “La IA debe ser una aliada estratégica, no un reemplazo del criterio humano. El peligro está en dejar que las plataformas decidan por nosotros sin comprender el propósito de la marca ni su contexto”, afirmó. En este sentido, la supervisión humana, la revisión constante y el feedback del consumidor se vuelven elementos irrenunciables.
Entre los errores más comunes que cometen las marcas al implementar IA, Machicao menciona la adopción superficial por moda, sin una estrategia clara, y la falta de atención a la calidad de los datos. “La tecnología sólo crea ventajas cuando se traduce en acciones concretas que respondan a un propósito estratégico”, aseguró.
Los beneficios, bien aplicados, son evidentes: detección de patrones de comportamiento, predicción de abandono, análisis de contenido preferido por segmento y capacidad de respuesta en tiempo real. Pero también hay un impacto profundo en la relación marca-cliente, según el ejecutivo de REM Media “la IA puede fortalecer vínculos si mejora la experiencia, pero puede erosionar la confianza si se percibe como intrusiva o fría. Por eso la transparencia es primordial”.
Como ejemplos de implementación responsable, Carlos Machicao destaca los casos de Spotify —con playlists personalizadas por estado de ánimo— y L’Oréal —que combina recomendaciones automatizadas con asesoría humana—, modelos donde la tecnología se pone al servicio de experiencias empáticas y significativas.
“La IA puede hacer mucho, pero nunca debe reemplazar nuestro compromiso con la verdad y el respeto por las personas”, declaró Machicao. En esa línea, subrayó que el desarrollo de esta tecnología debe estar guiado por marcos éticos sólidos, que garanticen la transparencia, la protección de datos y la promoción activa de la veracidad y la autenticidad.